Internet ha cambiado el modo de compra. La tradicional adquisición de productos en el punto de venta se complementa con la búsqueda, comparación y adquisición de los artículos en la red. Alrededor de 2.000 millones de personas compran en Internet y la tendencia se encuentra indiscutiblemente al alza. Los soportes a partir de los cuales se desarrollan estas transacciones parten de las redes sociales o las propias páginas webs de las marcas. Es lo que se llama, respectivamente, Social Commerce e eCommerce.
El crecimiento de la compra por Internet es especialmente importante en España tal y como podemos visualizar en los datos de 2020. Es cierto que la crisis del coronavirus impulsó en sobremanera esta circunstancia, no obstante, este crecimiento ya venía siendo tendencia en los años anteriores debido al crecimiento del uso de las tecnologías, dispositivos móviles y otros dispositivos.
El incremento de las compras por Internet en 2020 en España llegó al 36%, siendo el tercer país del mundo con una mayor subida estadística en este sentido. Y ese crecimiento no parece que vaya a frenar. Según un estudio de Astound Commerce, se estima que en 2021 el incremento del eCommerce alcanzará el 24%.
A veces tendemos a confundir los conceptos de Social Commerce e eCommerce. Es algo habitual, ya que uno y otro se engloban dentro de los negocios electrónicos. Sin embargo, cuentan con matices que los diferencian claramente y uno y otro suelen estar asociados a distintos comportamientos y diferencias notables ante usuarios. ¿Es preferible uno que otro? Ni mucho menos; son complementarios y una combinación de ambos es la verdadera fórmula del éxito.
El eCommerce tiene un funcionamiento asociado al comercio tradicional. Contamos con un escaparate virtual donde se muestran nuestros productos y servicios, con su correspondiente fotografía, precios y la posibilidad de adquirirlo si nos resulta interesante. El eCommerce es una tienda no física, una vitrina virtual a la manera de los comercios tradicionales.
Por su parte, los Social Commerce sites suponen una evolución del modelo anterior. En pocas palabras, podríamos decir que se trata de comercio electrónico, pero que no está centrado en el escaparate virtual del que escribíamos en el párrafo anterior, sino que el canal principal de venta son las redes sociales. Los ejemplos de Social Commerce son hoy en día innumerables. Instagram, Facebook, Pinterest… Cualquier marca que quiera generar ventas en el comercio online debe contar con una potente estrategia de Social Commerce en las principales redes sociales.
Es indudable que Social Commerce e eCommerce comparten una misma finalidad: conseguir ventas. Sin embargo, las herramientas utilizadas guardan bastantes divergencias. También la forma de interactuar con el usuario. Veamos algunas de las principales diferencias entre uno y otro.
El cliente entra en la web, busca el producto y, si le resulta interesante, lo adquiere. En el Social Commerce existe una relación mucho más bidireccional, en donde el usuario puede comentar aspectos del artículo que quiere adquirir, hablar con otros clientes y comparar. Este hecho hace que, por un lado, exista una experiencia de compra mucho más social, pero, por otro, el porcentaje de conversión sea menor.
Mientras que el eCommerce genera unos valores estadísticos en los que se puede saber de dónde procede el mayor porcentaje de consumidores, cuánto gastan de promedio o cuándo abandonan el carrito de la compra, en el Social Commerce se genera una relación más personal. La tienda sabe quién le compra, puede observar su perfil, tratarlo de una forma más similar a cómo el comerciante tradicional interactúa con el cliente que visita la tienda. En cierto modo, le pone cara y ojos.
En un eCommerce habitual, los descuentos funcionan de la manera que lo hacen en las tiendas físicas. Promociones tras una compra, rebajas en un momento determinado, descuentos en stock sobrante… Sin embargo, en el Social Commerce se puede apostar por ofrecer promociones a aquellos usuarios que ayudan a dar a conocer la tienda, es posible personalizar mucho más los descuentos. Un ejemplo de rebaja en los Social Commerce sites es el que ofrece un descuento después de que un usuario haga una publicación de nuestra marca en sus redes sociales.
Las redes sociales forman parte de la vida cotidiana de cientos de millones de personas en todo el mundo. Basta con echar un vistazo a las estadísticas para darnos cuenta de su importancia, por ejemplo, en España. En nuestro país más de 37 millones de personas se conectan a las redes al menos una vez al mes. Con estas cifras es normal que los mayores esfuerzos estratégicos del comercio online se dirijan a conseguir clientes en ellas. De cualquier forma, es importante siempre destacar que Social Commerce e eCommerce no son excluyentes, sino complementarios. Eso hemos de tenerlo muy en cuenta cuando nos ponemos a analizar algunos ejemplos de Social Commerce en 2021.
Las soluciones de realidad aumentada permiten que los usuarios que entren en los Social Commerce sites puedan probarse las prendas virtualmente u observar cómo quedaría, por ejemplo, un mueble en un espacio de su casa. La posibilidad de compartir el resultado en redes sociales con sus contactos permite hacer una promoción gratuita de un valor extraordinario.
Hoy no hay mayor tendencia en redes que el vídeo. Y precisamente de él se valen las marcas para incluir links de compra en sus vídeos. Instagram es la red social más utilizada en este aspecto, con sus famosos Live Shopping.
Los ejemplos de Social Commerce se multiplican, entre otras cosas porque las principales redes cuentan con nuevas, y muy sencillas, herramientas que permiten generar y personalizar al gusto las tiendas online.
Organizar eventos que permitan comprar el producto o servicio en directo, en el mismo momento que se está presentando, es una de las tendencias de Social Commerce más de moda. Se trata de una fórmula que estimula la compra impulsiva y que sin este tipo de eventos, sería más difícil que se produjera.
Dar al cliente las mayores facilidades posibles es otra forma de ver disparadas tus ventas. Cuantas menos preocupaciones tenga el usuario al realizar una compra, mayor será la posibilidad de acabar convirtiendo la visita en la compra final. ¿Y cuál suele ser la mayor preocupación de los usuarios? Lo que van a tener que pagar por su compra. Es por eso que dar la posibilidad de pagar el producto de forma fraccionada o aplazar el pago es una buena forma de favorecer la experiencia de compra.
Ahora ya sabes con exactitud cuál es la diferencia entre un Social Commerce y un eCommerce y las principales tendencias dentro del mundo del comercio online. Y si tienes una tienda online, te recomendamos que eches un vistazo a nuestros métodos de pago fraccionado para comercios. ¡Da la posibilidad a tus clientes de pagar cómo y cuándo ellos prefieran y empieza a duplicar tus ventas! Ponte en contacto con nosotros y te asesoraremos sin ningún tipo de compromiso.